Homofobia de clóset

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Los homofóbicos de clóset abundan y están camuflados entre nuestros amigxs, familiares o compañerxs de trabajo y aunque la homofobia es políticamente incorrecta, hoy persisten formas abiertas y soterradas de esta discriminación.

Empecemos por desglosar la palabra homofobia. El sufijo fobia se refiere a un miedo irracional hacia una cosa o situación, por ejemplo cuando una persona es aracnofóbica quiere decir que tiene miedo a las arañas. Estos temores requieren tratamientos terapéuticos, especialmente cuando afectan el desarrollo cotidiano de la vida. Pero la homofobia no es considerada como un trastorno psicológico, más bien se asocia con la discriminación, la intolerancia y violencia hacia grupos de personas con quienes no se comparten las mismas características.

Este comportamiento no tiene justificación lógica y genera agresiones verbales, psicológicas o físicas hacia las personas que son homosexuales o que parecen serlo. De esta manera, se califican las relaciones homosexuales como inferiores, pecaminosas y anormales. El rechazo usualmente se basa en aspectos religiosos o culturales asociadas casi siempre a la tradición judeo-cristiana.

Luiz Mott afirma en Las raíces de la homofobia en América Latina, España y Portugal estaban en pleno proceso de la inquisición cuando colonizaron América. La sodomía se consideraba un pecado abominable que se castigaba con la hoguera, para que nadie tuviera memoria de quienes la practicaban.

La discriminación se mantuvo institucionalizada en Ecuador hasta que la despenalización de la homosexualidad en 1997. Sin embargo, hoy las cifras son reveladoras. Según la primera investigación sobre Condiciones de Vida, Inclusión Social y Derechos Humanos de la población LGBTI, realizada por el INEC en 2013, de todxs los entrevistados, el 70,9% reportó alguna experiencia de discriminación en su entorno familiar; de éstos el 72,1% sufrió algún tipo de experiencia de control, el 74,1% experimentó algún tipo de imposición, el 65,9% sufrió rechazo y el 61,4% violencia.

El mayor porcentaje de eventos violentos ocurren en espacios públicos como la calle, lugares de encuentro, bares, etc. La exclusión en cambio, se da en mayor medida en espacios privados como la familia o con personas cercanas. Esta discriminación es la que más duele porque no viene de parte de extraños en la calle, ni de fundamentalistas religiosos, sino de amigos, familiares y compañeros quienes hacen evidentes sus estereotipos a través de comentarios, chistes o críticas.

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Y no solo es la homofobia, también hay otras formas de discriminación como la bifobia hacia las personas bisexuales, la transfobia hacia las personas trans y otras tantas que crecen exponencialmente, al tiempo que aumentan los nombramientos para las identidades y las orientaciones sexuales. La presión es tal que, cuando confluyen distintas fobias y señalamientos, las personas afectadas terminan por suicuidarse.

Las fobias de clóset se consideran como un punto de vista, lo cual dificulta la comprensión de que están basadas en estereotipos y discriminación. Esto ocurre también dentro de la comunidad LGBTI, y es conocido como endo-discriminación.

Hay una pirámide jerárquica que determina la validez de las opiniones o el acceso a determinados derechos o espacios. Por ejemplo, en las prácticas cotidianas es visible la jerarquía: existe la preponderancia de los hombres gay masculinos, seguidos de las mujeres lesbianas, lxs bisexuales y en la base de esta pirámide los hombres trans, más abajo las mujeres trans y casi invisibles las personas intersex. Esto ha llevado a pugnas por el poder político, económico y por la visibilización de las luchas de los diferentes colectivos. La endo-discriminación lastima a las personas, a las organizaciones y causa rivalidades que fracturan al movimiento LGBTI en Ecuador y en el mundo.

La discriminación existe, aunque intente disfrazar su contenido con arandelas de “tolerancia”, palabra que reitera una tendencia a soportar, más que a respetar al otrx. La gran pregunta es ¿cómo responder a estos ataques tan cotidianos y que nos persiguen a través de nuestra familia, amigos e incluso compañerxs de luchas?

Las respuestas con argumentos sólidos pueden ser una opción frente a una persona abierta a la discusión. Con los colegas y compañerxs LGBTI las diferencias se pueden dirimir a través del trabajo, la constancia y la creatividad. Si la situación es con una persona reticente al cambio que hace parte de un circulo cercano, lo mejor es recomendar una terapia psicológica.

Las LGBTI fobias se cambian de ropa, se hacen más light, se ponen disfraces, pero tienen efectos en la vida y la integridad. Lo más importante es mantener y cuidar  la salud física, mental y emocional para vivir las identidades y relaciones libremente, es un derecho como ciudadanxs y como seres humanxs.