20 años combatiendo el odio

Por David Gómez

En Ecuador, 1997 fue un año de vital importancia en relación a los Derechos Humanos (DD.HH). Amnistía internacional denunció en su informe mundial que las personas detenidas durante el “estado de emergencia” del gobierno de Abdalá Bucaram eran sometidas a “malos tratos”, tortura e incluso, eran asesinadas por los militares y la policía. La mayoría de estos hechos, según el informe de esta organización, quedaron en la impunidad.

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Muchas de las víctimas eran personas LGBT. Y algunas, decidieron organizarse para exigir que la homosexualidad dejara de ser un delito que se penaba con cárcel de 4 a 8 años. La despenalización  de la homosexualidad fue fruto de esa movilización de lesbianas, gays y personas trans que cansadxs de la persecución y el miedo se lanzaron a las calles a recolectar firmas que permitieran declarar inconstitucional el inciso primero del artículo 516 del Código Penal de la época.

Ellxs, con un Estado profundamente homofóbico, le apostaron a la defensa de la vida y el amor, y se convirtieron en agentes de cambio y ejemplo para todas las luchas sociales. Antes de la despenalización ya habían encontrado maneras de hacerle frente a la sanción judicial y social construyendo lugares de encuentro, comunicación y ligue.

No había internet, pero estaban las calles y las discotecas clandestinas y allí comenzaron a construirse redes de solidaridad. El Ejido, la calle Amazonas, la Plaza Grande, “El barril”, “El sausalito”, fueron lugares de encuentro que con el tiempo,  se convertieron en escenarios para la discusión de propuestas, el intercambio de ideas y la construcción de objetivos comúnes.

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En 1973 un grupo de hombres gay en Quito montaron un lugar de reunión por la calle Bolivia, calle que dio nombre a su grupo “Las damas Bolivia”. Luego, en los años 80, “El hueco”, ubicado en la calle Baquedano, se convirtió en un ícono. Al haber tan pocos espacios para el esparcimiento y el encuentro, este lugar fue testigo de los amores prohibidos, pero también de la solidaridad y del cuidado entre los disidentes sexuales de la época.

Para entonces, se intentaban burlar los controles policiales y hacerle frente al miedo de ser descubiertos. Había, ante todo, la necesidad del acompañamiento, del juego y de la diversión, de “mariconear” y de construir un sentido de comunidad.

La noche del 14 de junio de 1997 en “Abanicos Bar”, fueron detenidos por el GOE (Grupo de Operaciones Especiales), 50 homosexuales durante la celebración de un reinado. Este hecho produjo que organizaciones civiles por los derechos sexuales y humanos entablaran un camino serio de denuncias que desembocaría en la despenalización, 5 meses después.

La despenalización no sólo abrió el panorama frente a los derechos humanos en el Ecuador, sino que permitió que una población (LGBT), perdiera el miedo a vivir, mostrándole a la sociedad ecuatoriana el valor de la diferencia. Por eso es tan importante sabernos diferentes y sentirnos diversos, para emprender procesos conjuntos.

20 años después quedan muchos retos por consolidar y sigue estando en la mesa la justa defensa de lo conseguido hasta ahora, para hacerle frente al odio creciente de nuestros días.

Escucha las cápsulas de radio sobre el contexto de la despenalización que hicimos con el Grupo de Trabajo LGBTI del Ecuador https://soundcloud.com/anti-patriarca/sets/20-anos-combatiendo-el-odio-despenalizacion-de-la-homosexualidad-en-ecuador