Al escuchar la música de Antony Hagerty podríamos confundirlo Nina Simone, así le pasó a Gabrielle cuando escuchó la canción Dull flame of desire en el disco Volta de Björk.
Para Gabrielle este artista es al mismo tiempo un hombre femenino, una mujer masculina, un ser que entiende el transgenerismo como una experiencia espiritual, que trasciende el cuerpo para ser en consonancia con el universo, para fluir al rítmo de la armonía de la vida. Y todo esto se refleja en su música: melodías melancólicas y nostálgicas que al mismo tiempo están llenas de ezperanza y amor.
La recomendación es sacar tiempo para escuchar el disco de Antony and the Johnsons The crying light, un disco muy íntimo que según Hagerty habla sobre su relación con el mundo y la naturaleza. Les dejamos un video para que se animen.